Obituary of Julia Mercedes Castilla
Julia Mercedes Castilla, author of several popular children’s books, died on Monday, November 18. She was 87. Her best-selling Aventuras de un niño de la calle narrates the story of two street-children as they struggle to survive in the streets of Bogotá, Julia Mercedes’s native city. In this, and in many of her other books, she displayed a particular gift for conveying the sense of vulnerability and isolation experienced by children. In Aventuras, it is the sense of a homeless child in a hostile city; in Emilio, an immigrant boy in a new school; and in Luela escala montañas, a girl living in the countryside whose family does not believe she can do what she sets her mind to. The stories often resolve with the special joy of the once vulnerable child finding the resources to survive and find friendship and love.
Julia Mercedes was born in 1937 in Bogotá, Colombia, to Celmira Santofimio Trujillo and Carlos Castilla Saiz, a coffee farm owner and dedicated telecom professional. Some of her earliest childhood memories are of her neighborhood streets in Chapinero, which, along with other neighborhoods she’d move to as an early teen, left a deep impression on her and went on to inform the settings of several of her books, including Aventuras. The oldest of four siblings, Julia Mercedes was accelerated through her schooling, pushed forward into classes with older students where she often felt isolated and out of place. It was at the house of her aunt and uncle, Magdalena Santofimio Trujillo and Alfonso Palacio Rudas–a lawyer and prominent politician with a penchant for book collecting–where, during countless afternoons after school, she read the books that first inspired her to write. Aged eight or nine, she wrote her first short story and won a writing contest, although it would be a long time before she dedicated herself to writing full time.
By her own account an awkward child, Julia Mercedes found more confidence as an adolescent and the social world that opened up before her, perhaps especially in the time she spent in Ibagué–the capital of Tolima and where her parents’ families were from. But it was back in Bogotá where, in her early teens, she would meet her future husband, Alberto Gomez Rivas. A long courtship followed before they would marry in 1958. The following year, Alberto won a scholarship to study in the United States. They left on a study trip that eventuated in migration, first to the midwest town of Champaign-Urbana, Illinois, where Alberto enrolled in studies in civil engineering and where the couple had their first daughter, Juanita.
As a naive young woman suddenly transplanted to a mid-western town with no international experience, knowledge of English, or of the basic skills of keeping house and cooking, the experience was jarring, challenging, and profoundly formative. She revisited these early years with Alberto in Bogotá and the United States in the last two short novels she wrote.
The couple would later move to San Francisco, California, where Alberto worked for an engineering firm building the BART, and where they had their second child, Andres. Later they moved to Austin, where Julia Mercedes studied literature and was encouraged to write by her professors, while Alberto completed a doctorate. The family moved again, this time to Houston, where they had their third child, Camilo. Alberto worked with a computer manufacturer and Julia Mercedes began writing in earnest and attending a writer’s group to whom she would turn for support and creative companionship, in a relationship that lasted over fifty years, and even though the peregrinations continued.
They moved to Minneapolis for a three-year stint before making a bigger move, first on an extended trip to Europe (taking advantage of a temporary position Alberto secured in London) and then returning to Bogotá, where they reconnected with family and friends and attempted to re-establish roots. Alberto started a consulting firm and Julia Mercedes worked for a publisher and endeavored to write every day. She wrote a column, Leer para creer, in the daily El Tiempo. The eighties were a turbulent decade for the country and its capital. Both Julia Mercedes and Alberto’s parents died in the years they were there, and they eventually reasoned that they might be happier pursuing their careers differently, as Alberto’s firm did well but was a constant challenge to maintain. While ultimately unsuccessful, the work and connections in the ten years spent in Bogotá would be foundational; she published both of her first books, Murmullos de pueblo (a collection of short stories) and Aventuras de un niño de la calle (originally entitled Pirinolo) in 1990, the year they returned to the United States. They moved to Atlanta while Alberto looked for a job in academia, which he eventually found back in Houston, to where they returned in the summer of 1991. Alberto taught engineering at the University of Houston, Downtown, and Julia Mercedes wrote full time, publishing more than ten books, including Emilio, Nadie se llama Perucho Corchuelo, Padres ajenos, Luisa viaja en tren, El Tesoro de la pordiosera, Aire viviente, Sueños intactos, and La otra America. Several of them have appeared in English, translated by the author.
Julia Mercedes was predeceased by her husband Alberto in 2022. She was diagnosed with Parkinson’s in 2019. The disease progressed slowly; her mind and memory were lucid but her movement became progressively impaired.
She is survived by her three children Juanita, Andres, and Camilo, their spouses, Michael, Melyssa, and Emmanuelle, and six grandchildren, Natalia, Andrew, Eric, Emma, Carlos, and Zélie.
Español
Julia Mercedes Castilla, autora de varios libros infantiles, falleció el pasado lunes 18 de noviembre a los 87 años de edad. Su libro Aventuras de un niño de la calle narra la historia de dos niños de la calle (“gamines”) que luchan por sobrevivir en las calles de Bogotá, la ciudad natal de la autora. En este, como en muchos de sus otros escritos, Julia Mercedes demuestra un don especial para transmitir la vulnerabilidad y aislamiento que experimentan los niños. En Aventuras, es la sensación de un niño sin hogar en una ciudad hostil; en Emilio, un niño inmigrante en una nueva escuela; y en Luela escala montañas, una niña campesina cuya familia no cree que pueda hacer lo que se proponga. Las historias a menudo terminan con la alegría especial del niño que alguna vez fue vulnerable y que encuentra los recursos para sobrevivir y encontrar amistad y amor.
Julia Mercedes nació en 1937 en Bogotá, Colombia, hija de Celmira Santofimio Trujillo y Carlos Castilla Saiz, propietario de una finca de café y dedicado profesional de telecomunicaciones. Algunos de sus primeros recuerdos de infancia son de las calles de su barrio en Chapinero, que, junto con otros barrios a los que se mudó cuando era una adolescente, dejaron una profunda impresión en ella y luego dieron forma a los escenarios de varios de sus libros, incluido Aventuras. Hija primogénita, Julia Mercedes, cursó rápidamente en sus estudios y fue adelantada a clases con estudiantes mayores, donde a menudo se sentía aislada y fuera de lugar. Leyó los primeros libros que la inspiraron a escribir, durante incontables tardes después del colegio, en casa de su tíos, Magdalena Santofimio Trujillo y Alfonso Palacio Rudas, un abogado y figura política importante con una inclinación por coleccionar libros. A los ocho o nueve años, escribió su primer cuento y ganó un concurso de escritura, aunque pasaría mucho tiempo antes de que se dedicara de lleno a escribir.
Según sus propias palabras, Julia Mercedes fue tímida de niña, pero encontró más confianza en sí misma en la adolescencia y en el mundo social que se abrió ante ella, especialmente durante sus estancias en Ibagué, la capital del Tolima y de donde eran sus padres. Pero fue en Bogotá donde, en su adolescencia, conoció a su futuro esposo, Alberto Gómez Rivas. Un largo noviazgo antevino su matrimonio en 1958. Al año siguiente, Alberto obtuvo una beca para estudiar en los Estados Unidos. Partieron en un viaje de estudios a Champaign-Urbana, Illinois, donde Alberto se inscribió en estudios de ingeniería civil y donde la pareja tuvo a su primera hija, Juanita.
Para una joven ingenua trasplantada de repente a un pueblo del medio oeste americano, sin experiencia internacional, conocimiento del inglés, ni de las habilidades básicas de domesticidad y cocina, la experiencia fue a la vez discordante y formativa, una experiencia a la que volvió como fuente de inspiración en sus últimas dos novelas en las que narra sus primeros años con Alberto en Bogotá y los Estados Unidos.
La pareja se mudaría más tarde a San Francisco, California, donde Alberto formó parte de una empresa de ingeniería que construía el sistema del metro BART, y donde nació su segundo hijo, Andrés. Más tarde se mudaron a Austin, donde, mientras Alberto completaba un doctorado, Julia Mercedes estudió literatura y sus profesores la animaron a escribir. La familia se mudó de nuevo, esta vez a Houston, donde nació, Camilo, su tercer hijo. Alberto trabajaba con un fabricante de computadoras y Julia Mercedes comenzó a escribir en serio y a asistir a un grupo de escritores al que acudía en busca de apoyo e inspiración, en una relación que duró más de cincuenta años, y a pesar de que sus peregrinaciones continuaron.
Se mudaron a Minneapolis por un período de tres años antes de hacer una mudanza mayor, primero en un viaje prolongado a Europa (aprovechando una estancia de trabajo que Alberto consiguió en Londres) y luego regresando a Bogotá, donde se reencontraron con familiares y amigos e intentaron restablecer raíces. Alberto abrió una firma de consultoría y Julia Mercedes trabajó para una editorial y se empeñó en escribir todos los días. Escribió una columna, Leer para creer, en el diario El Tiempo. Los años ochenta fueron una década turbulenta para el país y su capital. Los padres de Julia Mercedes y Alberto murieron durante estos años y llegaron a la conclusión de que quizás serían más felices tomando otra trayectoria profesional, ya que la empresa de Alberto obtuvo muy buenos resultados, pero era de siempre de difícil mantenimiemnto. Aunqque temporal, el trabajo y las conexiones forjadas durante los diez años en Bogotá fueron fundamentales; publicó sus dos primeros libros, Murmullos de pueblo (una colección de cuentos) y Aventuras de un niño de la calle (originalmente titulado Pirinolo) en 1990, el año en que regresaron a los Estados Unidos. Se mudaron a Atlanta mientras Alberto buscaba trabajo en una universidad, y que finalmente encontró en Houston, a donde regresaron en el verano de 1991. Alberto enseñó ingeniería en la Universidad de Houston, Downtown, y Julia Mercedes se dedico de lleno a escribir, publicando más de diez libros, entre ellos Emilio, Nadie se llama Perucho Corchuelo, Padres jenos, Luisa viaja en tren, El tesoro de la pordiosera, Aire viviente, Sueños intactos y La otra América. Varios de ellos han sido publicados en inglés, traducidos por la autora.
Julia Mercedes fue precedida en la muerte por su esposo Alberto en 2022. Le diagnosticaron Parkinson en 2019. La enfermedad progresó lentamente; su mente y memoria se mantuvieron lúcidas, pero su habilidad de movimiento se fue deteriorando progresivamente.
Le sobreviven sus tres hijos Juanita, Andrés y Camilo, sus cónyuges, Michael, Melyssa y Emmanuelle, y seis nietos, Natalia, Andrew, Eric, Emma, Carlos y Zélie.